Esa mañana gris y lluviosa, nos dirigimos a la ciudad de Vinci. Allí recorrimos los museos con sus creaciones y trabajos. Un groso total. También pudimos ver los bocetos o apuntes que realizaba, algunos de ellos escritos al revés para que no se lo entiendan. Así no lo colgaban claro.
Entre tantas cosas que invento estaban: una bicicleta, ametralladora, ruleman, tanque, el helicóptero, muchas grúas, tratados de óptica y algebra. Etc etc.
Después de recorrernos los museos y caminar un poco por la ciudad, intentamos buscar la casa natal de Leonardo Da Vinci, que está en un pueblo de al lado… pero no pudimos encontrarla. Ya que nos perdíamos entre los cerros y decidimos no perder mas tiempo e irnos hacia Pisa.
En Pisa fuimos directo a la Piazza donde se encuentra el duomo con el Baptisterio y el campanario, que es la famosa torre inclinada. Sacamos las fotos de rigor y huimos hacia Lucca.
Lucca es una ciudad amurallada, toda la ciudad está dentro de los muros originales de la edad media. Son todas casitas de tejas una al lado de la otra que en el centro forman un gran circulo con una plaza en el centro, que tiene esta forma debido a que en este lugar se encontraba antiguamente un anfiteatro romano.
...una peroni en el macdonals...
Después de comprar chucherías en la feria local, decidimos volver ya que se había largado a llover.
La vuelta la hicimos por los caminos regionales en donde los autos pasan en fila de uno por lo estrechos que son. Ahí empeoro la lluvia y no nos alcanzaba los limpiaparabrisas para ver el camino. Sumado a esto los caminos tienen pendientes y curvas, como todo camino montañoso. Condimentado por tanos impacientes y con complejo de fangio.
A pesar de todo, llegamos al hotel sanos y salvos.
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